Hay días en los que simplemente odio todo. Esos días en los que no quiero hablar con nadie y solo respondo con sonrisa y gestos cortantes. No querer hacer nada, solo quedarme acostada imaginando el mundo que quiero, ese que nunca pasa, imaginando, inventando mi mundo, pero no. Sigo aquí soportando otro día, fingiendo otra sonrisa...
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